La guitarra es un instrumento difícil de aprender por varias razones, casi siempre asociadas con la manera, a veces distorsionada, en que se suele entender la ejecución de éste instrumento, desde quien lo toma a la ligera y se limita a saber rasguear algunos acordes sin saber cómo ni en qué dirección avanzar, hasta quien profundiza en el conocimiento sin permitir que su propia creatividad aflore: la técnica es una herramienta para tocar bien y poder mejorar nuestra ejecución con cada ocasión que tomamos el instrumento, para hacer del ejercicio de la música un placer para quien toca como para quien escucha y -sobre todo- para explotar nuestra propia creatividad e ingenio.
Encontrarnos con la gran cantidad de alternativas que un instrumento como la guitarra ofrece puede ser muy confuso, de ahí lo necesario de contar con la guía de un maestro que nos acerque a una técnica: el mejor músico será siempre el que, contando con un maestro, investigue, estudie y practique por su cuenta, esto es, el autodidacta que cuenta con una guía.
Sin embargo, no es posible avanzar en ninguna dirección si antes no se está consciente del rumbo al que se quiere dirigir. Ahí es donde el papel del instructor cobra importancia: Una persona que quiere aprender a acompañarse canciones tiene necesidades distintas que quien aspira a ser el guitarrista líder de una banda de trash metal, y ambos tienen distintos objetivos a los que tiene quien desea pararse en una sala de conciertos, o aquel que desea formar parte de un grupo folclórico o una rondalla.
La gran ventaja de adquirir la técnica en la ejecución (y ésto aplica para todos los instrumentos musicales) está en el resultado, que se traduce en una ejecución natural y óptima del instrumento, y en el siempre deseado desarrollo de nuestra inteligencia y creatividad, además del disfrute propio y ajeno en el desarrollo de la ejecución en público, que siempre premia los esfuerzos de ésta clase, especialmente cuando arrojan buenos resultados.
Esa es una de las piedras angulares del Taller de la Guitarra.
El siguiente video es una ejecución de bajo eléctrico realizada por un talentoso músico callejero, y es impresionante por más de una razón. La primera es, obviamente, la manera aseada y efectiva con la que éste instrumentista nos muestra su técnica de slap (que consiste, a grandes rasgos, en esa manera de tocar golpeando las cuerdas con la mano derecha).
La segunda razón por la que me parece impresionante el video en cuestión es por ese único y solitario aplauso que premia ésta notable interpretación al final.
Encontrarnos con la gran cantidad de alternativas que un instrumento como la guitarra ofrece puede ser muy confuso, de ahí lo necesario de contar con la guía de un maestro que nos acerque a una técnica: el mejor músico será siempre el que, contando con un maestro, investigue, estudie y practique por su cuenta, esto es, el autodidacta que cuenta con una guía.
Sin embargo, no es posible avanzar en ninguna dirección si antes no se está consciente del rumbo al que se quiere dirigir. Ahí es donde el papel del instructor cobra importancia: Una persona que quiere aprender a acompañarse canciones tiene necesidades distintas que quien aspira a ser el guitarrista líder de una banda de trash metal, y ambos tienen distintos objetivos a los que tiene quien desea pararse en una sala de conciertos, o aquel que desea formar parte de un grupo folclórico o una rondalla.
La gran ventaja de adquirir la técnica en la ejecución (y ésto aplica para todos los instrumentos musicales) está en el resultado, que se traduce en una ejecución natural y óptima del instrumento, y en el siempre deseado desarrollo de nuestra inteligencia y creatividad, además del disfrute propio y ajeno en el desarrollo de la ejecución en público, que siempre premia los esfuerzos de ésta clase, especialmente cuando arrojan buenos resultados.
Esa es una de las piedras angulares del Taller de la Guitarra.
Recomendación musical
El siguiente video es una ejecución de bajo eléctrico realizada por un talentoso músico callejero, y es impresionante por más de una razón. La primera es, obviamente, la manera aseada y efectiva con la que éste instrumentista nos muestra su técnica de slap (que consiste, a grandes rasgos, en esa manera de tocar golpeando las cuerdas con la mano derecha).
La segunda razón por la que me parece impresionante el video en cuestión es por ese único y solitario aplauso que premia ésta notable interpretación al final.
¡Saludos a Tod@s!
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